Gurilibis

Un proceso de creación poco convencional

En Gürilibis, realmente, no tenemos ni idea de cómo empiezan los otros estudios o marcas de diseño a desarrollar una pieza. Es muy posible que nosotros nos saltemos alguna parte “esencial” del proceso, o que lo hagamos en el orden equivocado, pero quizás, esta forma peculiar y poco convencional de hacer las cosas, sea una de las características que nos hacen diferentes. Siendo sincero, no sabría explicar el proceso de diseño y evolución de nuestros productos, cada uno es tratado de manera individual y desarrollado de manera distinta. Para darnos a conocer un poco más, voy a contar uno, entre otros tantos, de nuestros procesos de desarrollo.

Tal y como hemos apuntado varias veces, uno de los procesos creativos que más recurrencia ha tenido es observar y detectar una necesidad personal, por ordinaria que parezca, e intentar darle una solución partiendo de que si una persona necesita esa solución, muchas otras pueden necesitarla, ya que precisamente son las necesidades más cotidianas las que puede suscitar soluciones más creativas. Fue entonces cuando nos pusimos a crear, dibujar, y hacer pruebas en el taller hasta dar con la solución estéticamente mejor acabada y con más funcionalidad.

Otras veces el proceso tuvo lugar a la inversa; ya que somos amantes de la reutilización y estamos constantemente en busca de objetos y materiales reutilizables, en alguna ocasión dimos con un objeto al cual quisimos dar una segunda vida. Repensar y reconvertir un objeto que ha quedado obsoleto, transformándolo y generando, al final, un objeto funcional y práctico.

Otra manera, menos común pero no por eso menos importante, de iniciar un diseño es visualizar una idea en el subconsciente, o directamente haberla soñado. Parece muy idílico, lo sabemos, pero así ha sido, y pasando del sueño al taller a la mañana siguiente, saltando el proceso de esbozo y croquis, hemos desarrollado piezas como la familia Cenello.

La segunda fase en el diseño y desarrollo de todo modelo, es comprobar que funcione y trabaje bien en todas sus vertientes. Cuando el modelo está en fase de prototipo, lo damos a probar a nuestro entorno inmediato, o lo probamos directamente nosotros mismos para poder ver en qué aspectos
falla y en qué otros se puede mejorar. Rematando así la manera de producirlo, empaquetarlo y enviarlo.

Una vez acabados estos procesos, buscamos la manera de producirlo de forma genérica, dejando un amplio margen para la personalización de cada elemento y poder así ejecutar los productos con una base estandarizada y un acabado personalizado.